
Jane Fonda y Robert Redford encarnaban a dos extremos en personalidad: ella niña mimada que quiere vivir cada minuto con intensidad y él un abogado principiante responsable y aburrido. Se casan al poco de conocerse y luego vienen los problemas... Muy buena comedia romántica que reunía a dos de los sex symbols del momento y cuya historia se ve solapada a mitad de la película por la acción secundaria: el idilio entre la madre de ella y el vecino de ambos.
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