sábado, 8 de enero de 2011
MENTIRAS Y GORDAS (2009)
Uno todavía se pregunta cómo es posible que se hagan películas como esta, y más teniendo en cuenta que está subvencionada por el Ministerio de Cultura y coescrita por la ministra. Un pretendido retrato generacional que no es más que una sucesión de escenas de sexo, drogas o sexo y drogas. ¿Historia? No existe. ¿Diálogos? Penosos, risibles. ¿El final? Realmente indignante. ¿Moraleja? Mejor no mencionarla, porque puede ser contraproducente. Si es así como ven a la adolescencia en este país, tenemos un problema, y gordo. Película solo para mirar cuerpos desnudos. Y, de verdad, no merece la pena.
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