David Lynch sigue haciendo lo que le da la gana en sus películas. Aquí nos propone una historia claustrofóbica y totalmente incoherente, desde el principio hasta el final, un rompecabezas al que tenemos que darle forma haciendo un esfuerzo, componiendo nuestro propio argumento con lo que el director nos enseña. Un esfuerzo, digo yo, que no tenemos por qué hacer nosotros. Pero las imágenes de la película tienen fuerza, fascinan por su brillantez y también su sordidez, hipnotizan y perturban, excitan y repugnan. Eso te deja pegado a la pantalla. Lo que viene cuando la pantalla se apaga corre de nuestra cuenta.
Nos gustan los filetes con patatas y los pucheros, pero también los platos deconstruidos; nos gustan los riffs de los Rolling y las melodías de U2, pero también los ritmos caóticos de Radiohead. ¿O no?
3 comentarios:
Pelicula rara, como habitual en Lynch...
Rara de verdad, pero no es insoportable. Por lo visto la más normalita es "Una historia verdadera" y es un peliculón... Habrá que verla.
También la he visto...Hombre, contrariamente a ésta o "Terciopelo Azul", su rareza está en la simpleza.
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