Película dirigida por el irregular Ron Howard, capaz de rodar disparates como "Ángeles y demonios" y un buen thriller político como este. El guión es una adaptación de una obra de teatro y cuenta la historia de una entrevista histórica que planeó David Frost para ganar dinero y fama y Richard Nixon para ganar dinero y lavar su imagen después de su dimisión como presidente por el caso Watergate. Comentado el argumento, puede parecer que es una pesada película sobre política, un intento de explicar un momento de la historia de EE.UU., pero la cinta es algo más que eso. Yo diría que el título en español es un acierto, la película es el retrato de un desafío entre dos personas, o entre dos tipos de persona: la fama, el lujo, el atractivo contra la tacañería, la prepotencia y la antipatía. Los dos personajes quedan muy bien retratados en los primeros minutos de la película, que desde esos minutos tiene ritmo, y no decae hasta el final. También hay política, evidentemente, aunque se echa de menos un poco más de carne en el asador, pero es muy difícil que una película comercial estadounidense tire todas las piedras contra su propio tejado. Magníficas la interpretaciones principales, sobre todo la de Frank Langella como Nixon.
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