Adaptación de la novela de Edith Wharton por Martin Scorsese. Todo lo que en la novela era pesada descripción y narración afectada, se torna esplendor en la pantalla. La puesta en escena es excelente, los decorados y el vestuario (Oscar para la película) son impresionantes. Y la lectura de la novela por parte de los guionistas, uno de ellos el propio Scorsese, la apropiada para lograr una película grande de un libro que por momentos se hace difícil de digerir. El peso del film recae sobre Archer, el personaje de Daniel Day-Lewis, inmenso como siempre, su relación con la alta sociedad neoyorkina, con su esposa y la prima de esta, la que le hace plantearse todos los valores que parecían inamovibles. Esta canalización de los hechos a través de un personaje le da mucha más frescura a la historia en el cine que en el libro, la hace más atractiva y llevadera, más emocionante. La adaptación es completamente fiel a la obra literaria, y para mí la sobrepasa en todo momento y sobre todo al final, en una última escena, sin palabras, que te deja precisamente así, sin habla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario