
Una de las películas más convencionales que he visto nunca. Si un plato nos gusta no nos importa comerlo una vez por semana, pero acabaríamos hartos si nos lo pusieran a diario en almuerzo y cena. El film va de tópico en tópico de principio a fin, no hay nada en la película original y que no sea previsible, desde la mujer de negocios que se tiene que hacer cargo de un niño sin saber hacerlo hasta la guerra de almohadas que se rompen y llenan la escena de plumas. Totalmente prescindible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario