O "Cangrejos y cuadros". Guy Ritchie se copia a sí mismo, y lo hace mal, como cuando tenemos que firmar varios documentos seguidos y la última firma no se parece en nada a la nuestra. El director intenta repetir "Snatch", pero no le sale. Cambia a un diamante por un cuadro, a los cerdos por los cangrejos, a un hilarante gitano por un yonqui rockero, a las apuestas ilegales por la corrupción inmobiliaria, a Jason Statham por Gerard Butler... Los paralelismos son incontables. Y en todo esta película sale perdiendo. Aquella era un bólido a toda velocidad que dejaba un halo fascinante de colores y esto un coche al que el motor le falla y al que le cuesta arrancar cada vez que para. Y los intentos de humor también son fallidos. Siempre he considerado a Guy Ritchie de la escuela de Tarantino, pero aquí sólo parece un imitador, y hay alguna escena que parece directamente plagiada de "Pulp Fiction".
El director mete ruido y a mucha gente para hacer barullo, todo para tapar el vacío de contenido.
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