Una de las grandes triunfadoras del cine español de los últimos tiempos. Un thriller carcelario que es casi impecable cuando permanece en la cárcel pero que baja muchísimo el nivel cuando sale al exterior. Dentro, todo transmite autenticidad, el principio de la trama es de película grande, y este estatus lo mantienen sobre todo Luis Tosar (inmenso) y los secundarios, y también Alberto Ammann, que aunque empieza titubeante, va ganando peso hasta el final. Fuera, casi todo falla: los actores parecen acojonados, sí, pero más por temor a no dar la talla que por exigencias del personaje. Nadie es creíble, ni casi nada. Sin embargo, eso es un lastre que Malamadre y los amotinados pueden soportar sin esfuerzo. La película te mantiene intrigado todo el tiempo, hasta el clímax brutal, que bajo mi punto de vista llega demasiado pronto. Los últimos diez minutos de película son mucho menos intensos porque ya ha pasado todo lo que tenía que pasar. Bastante buena, de todos modos.
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