Una película sobria, dura en algunos momentos, que cuenta la historia real de un preso y su historia de amor con una enfermera. Esa es la única trama, en eso se centra toda la película, sin nada que interfiera. Unos pocos personajes muy bien interpretados, sinceros, sin artificios ni moralina. Como drama carcelario me parece estupenda, las escenas de prisión están muy bien conseguidas, el director se para en ellas y logra un retrato frío y brutal. La historia de amor se desencadena muy rápido y eso le resta emotividad, que sólo se consigue en el primer encuentro de los dos enamorados. La película se suaviza mucho al final y se convierte en un canto a la reinserción y las segundas oportunidades, pero sin caer en el maniqueismo.
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