jueves, 5 de agosto de 2010
¿HACEMOS UNA PORNO? (2008)
Es indudable que Kevin Smith ha perdido la gracia, o ha explotado tanto su tipo de humor, que ya no la tiene. Todo lo bueno que había conseguido en su dos primeras películas, "Clerks" y "Mallrats", y que había ratificado en "Persiguiendo a Amy" con un guión de trama más tradicional, lo ha ido perdiendo poco a poco en el resto de sus películas. Uno se imagina al director como un adolescente obseso sexual y reprimido que tiene permiso para incluir en sus película todo lo que su madre no le deja hacer, ver, leer o escuchar. Tantísimas palabras soeces llegan a saturar. Y eso que estamos en una comedia romántica. El romanticismo en tales circunstancias no tiene ningún efecto.
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