sábado, 29 de agosto de 2009

LA CASA DE LOS ESPÍRITUS - Isabel Allende

al poner nombre a los problemas, éstos se materializan y ya no es posible ignorarlos; en cambio, si se mantienen en el limbo de las palabras no dichas, pueden desaparecer solos, con el transcurso del tiempo


Evidentemente, "La casa de los espíritus" es una novela notable, que desborda imaginación desde el principio hasta casi el final y que entretiene en cada página, pero para mí es imposible leer este libro si no es bajo la idea de que es la hermana menor de "Cien años de soledad". Sé que no se lo merece y que es injusto, pero no he podido quitarme la obra de García Márquez de la cabeza mientras leía esta, sobre todo al principio, en el que veía un esfuerzo por parte de Isabel Allende por seguir los pasos de la magistral novela del colombiano. Como digo, seguramente este comentario sea injusto.
Me encantan estas novelas con apariencia desordenada, en las que parece que el autor sigue un hilo de narración hasta que se agota, como un reguero de agua cuesta abajo que llega donde llega. Y por supuesto me apasiona el realismo mágico. Aunque cuando se acaba lo mágico y el realismo sigue la narración no defrauda y se convierte en una crónica fiel de lo que ocurrió en el golpe de estado que derrocó a Allende.

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